El sábado logré mi primer ascenso de punta, en Meztitla, Tepoztlán.
Fué intenso. En estos meses como principiante, había estado subiendo a la roca sólo de yoyo, para perder el miedo, para ganar confianza y técnica. Para aprender. Y es algo que he disfrutado mucho.
Pero el sábado me dejaron hacer mi primer punteo. Subir una ruta fácil (un 5.9), asegurándome a las anillas yo sola poco a poco. Es una sensación completamente diferente. Porque sabes que si resbalas o te sueltas, la caída (el vuelo) es mucho más fuerte, aunque siempre hay alguien abajo asegurándote.
Mi ascenso fué fácil, excepto por un pequeño detalle, que bien me pudo haber valido un muy buen madrazo! En una parte de la ruta, la tercer anilla me parece, ésta estaba colocada en sentido contrario a las dos de abajo, es decir, con la puerta hacia el lado izquierdo y no al derecho como las demás, entonces, al pasar la cuerda me confundí y la puse mal. Memo y Miguel se dieron cuenta y me avisaron. Y no me dejaron continuar hasta que la saqué y la coloqué en la posición correcta. Pero eso me costó muchísimo trabajo, ya que tenía que hacerlo sólo con la mano derecha mientras me sostenía con la mano izquierda. Lo intenté muchas veces, ya no recuerdo cuantas, y parecía que en cualquier momento me soltaría, pues sostenía todo el peso de mi cuerpo con el brazo izquierdo mientras intentaba sacar la cuerda. Después de no se cuantos intentos, logré acomodarla y terminé la ruta sin ningún otro contratiempo.
Bajé temblando por el esfuerzo, la emoción y la satisfacción. Y mi changuito me recibió con un abrazote abajo. Ya después me comentó que el y Miguel estaban más que nerviosos allí abajo viendo mis intentos por acomodar la cuerda en la anilla, y esto, porque justo debajo de donde estaba parada, había una repisa grande, y me decían que si me hubiera soltado, hubiera caído de espaldas, o de cabeza sobre ella.
Ahi lo bueno fué que yo nunca me di cuenta de ese detalle, no estuve consciente del riesgo, y por lo tanto no me dió miedo, y pude hacer la maniobra, con mucho trabajo, pero la hice. Quizás si hubiera sabido lo peligroso que era, me hubiera paniqueado y no hubiera podido terminar la ruta, no lo sé. El chiste es que lo hice bien, y no pasó nada.
Todo esto me hizo reflexionar un poquito sobre la seguridad en la roca. No he podido comprarme mi casco pero ya urge, porque si quiero seguir subiendo de punta. Y bueno, debemos cuidarnos mucho, hacer las cosas bien, y estar bien atentos al subir y al asegurar a nuestro compañero.
Aqui una foto de mi primer punteo:
Emocionante en verdad!!! 😀