Ellas son Casiopea y Momo, mis tortugas. Esta es una de las últimas fotos que les tomé.
Han vivido conmigo durante dos años y medio, han crecido junto a mi, las quiero un montón.
El sábado pasado, al regresar de mis vacaciones (que por cierto disfruté muchísimo), las atacó un animal en el jardín, donde vivían en la fuente, y todo parecía indicar que estaban felices ahi, era un lugar amplio, tenían mucho espacio donde caminar, nadar, esconderse de la lluvia y tomar el sol.
Con lo que nunca conté fué con la posibilidad de que las atacaran. Al principio pensamos que había sido un gato, por las marcas en sus caparazones, pero hoy me dijo su veterinario que fué un rata 😦
Encontramos a Momo volteada hacia arriba, y a Casiopea no la veíamos por ningún lado. Estaba escondida como a unos 7 metros de la fuente, entre las plantas, asustada. Yo tomé a Momo y la voltée en la fuente, pero no me di cuenta de que estaba herida. De repente la vi cojear, le dije a Memo y el fué el que se dió cuenta de la magnitud del ataque. Prácticamente le deshicieron una manita, y la otra también se la mutilaron, además de una mordida en su nariz, lo que la dejó muy muy mal herida.
La llevamos al veterinario y les inyectó antibiótico y les recetó una pomada, pero no me quedé tranquila, pues yo sentía que el dolor de Momo era demasiado. Las cuidé durante el fin de semana y estuve investigando en la red. Un amigo de Flickr, Jorge Mexicano, veterinario, me dió los datos de un compañero suyo, especialista en reptiles del zoológico de chapultepec. (Mil gracias Nahual!!! )
Hoy hablé con el especialista, hoy le llevé a mis dos pequeñas, y hoy se me partió el corazón al saber el diagnóstico y el tratamiento a seguir.
Casiopea está bien, una pequeña herida en la parte de abajo de su caparazón y un dedito solamente. Pero Momo perdió una manita, tuvieron que amputarla por la mordida tan fuerte que sufrió. La otra manita salvó un par de deditos y sólo hubo que suturarla. Sigue en el hospital.
Sentí horrible al ver sus heridas, al darme cuenta de su sufrimiento y al saber el diagnóstico. Aunque también me dijo el doctor que tiene una gran posibilidad de recuperarse y de tener una buena calidad de vida a pesar de la falta de su mano. Pensé en la posibilidad de sacrificarla si no tenía buenas esperanzas, pero el veterinario me dió un poco de ánimo y tomé la decisión de operarla, de cuidarla y de ayudarla a sanar y a vivir feliz lo que le quede de vida.
Es muy duro ver sufrir a una mascota a la que se le tiene tanto cariño. Pero es un alivio haber encontrado a un médico en el que confío y que podrá ayudarlas.
Espero tener buenas noticias pronto. En verdad que no he podido dormir desde el sábado pensando en ellas. Pero hoy dormiré más tranquila sabiendo que ya están en buenas manos…
Sólo me queda darles un consejo: si quieren a sus mascotas cuídenlas mucho! quiéranlas mucho y busquen que tengan la mejor vida posible. Un animalito puede llegar a ser más que una buena compañía, se vuelven parte de tu vida.
Espero que mis pequeñas se recuperen rápido.