Llevo a lo mucho 5 capítulos leídos del libro del post pasado, no he tenido mucho tiempo disponible para leer, pero, con ese poquito que llevo me han caído muchos veintes ya.
Hoy me he identificado muchísimo má fuerte con el personaje, después de todo, él y yo, ya estamos en los 30 y entiendo perfecto las situaciones que va narrando…
Hace años, cuando lo leí, todavía era una chica ingenua y llena de sueños. (rondaba los 25 años). Lo llena de sueños no ha cambiado, eso si… pero la ingenuidad un poco, como que el tiempo te va curtiendo pues. Sigo siendo sumamente idealista pero mi concepción del amor y las relaciones ha cambiado mucho y me explico.
He sido siempre de relaciones largas, exceptuando una temporada en mi adolescencia. Aunque la más larga (que fue la última), duró 3 años 7 meses y puede que no sea tanto. Por eso el título del libro volvió a llamarme la atención. «El amor dura tres años».
Sigo anhelando una relación para toda la vida (aunque esto suena ya muy raro y dificil a mi edad pues creo que una buena parte de mi vida es ya pasado). Con esto quiero decir que deseo tener a alguien con el cual pueda en algún momento formar una familia estable y envejecer juntos. Si, soy demasiado soñadora, porque el tiempo y la experiencia me ha enseñado que en la práctica eso es tan difícil de conseguir.
Ahora creo que si, tal vez en algún momento pueda llegar esa persona con la cual pueda cumplir ese sueño, pero prácticamente en la vida puede haber muchas personas con las que puedes realizarlo, es un constante enamorarte y desenamorarte, es compartir un pedacito de ese camino que es la vida, con alguien, mientras disfrutas, amas y aprendes todo lo que se pueda de él. Pero en realidad en algún momento los caminos se separarán y entonces luego de una dificil etapa de separaciones y soledades, puedes encontrar alguien más con el cual seguir aprendiendo y creciendo.
Adopté un poquito de aquella teoría de estrellas y caminos. Siguiendo nuestra estrella los caminos se juntan y se separan constantemente. El chiste es vivir al máximo cada etapa, disfrutar al 100 de la compañía de cada uno con los que nos topamos y a los que entregamos el corazón, aunque al final se rompa en pedacitos.
Siempre habrá tiempito para sanar, y dejarlo listo para que vuelvan a romperlo… o tal vez no.